
Son famosos los jardines árabes del Monasterio de Santa Paula. En ellos el Jazmín ocupa un lugar destacado. Las flores de estos jazmines recogidos uno a uno por las amorosas manos de las monjas en el momento exacto, cuando atesoran todo su olor, son el toque mágico de esta mermelada excepcional.
La técnica de elaboración es artesana, en caldera y al no llevar ningún conservante, el sabor es único y muy natural. Por eso, una vez abierto el tarro debe conservarse en el frigorífico.
Monasterio de Santa Paula (Orden Jerónima). Sevilla. 1473.